Sandra Luz Hernández González
Colaboradora | Navegando
La Adoración Nocturna nació en Roma en 1809 durante el Pontificado de Pio VII y fue fundada en México el 5 de febrero de 1900.
En el ritual de la Adoración Nocturna mexicana se le define como hacer guardia y oración durante las horas de la noche a Cristo en la Eucaristía; consolar su corazón ofreciendo los sufrimientos en expiación por sus propios pecados, los pecados nacionales y los del mundo entero.
Llegó a la Diócesis de Tampico en el año de 1917. En 1969 surge en la parroquia de Santiago Apóstol de Altamira, Tamp. un grupo de personas con el deseo de fundar la adoración nocturna en esta parroquia.
El sacerdote Javier Pareti, después de 2 años de realizarse las vigilias, el 2 de octubre de 1971 funda la sección. El señor Isidro Tobón Olguín es parte de los 23 adoradores nocturnos que iniciaron hace más 50 años.
Cada sábado por la noche después de su labor en la siembra de piña, acostumbraba a ir con sus trabajadores al cine, pero antes iba a la parroquia y se persignaba. En una ocasión un sacerdote salió a su encuentro y lo invitó a pertenecer a la Adoración Nocturna a lo que él le respondió “padre, pues ya ve que para las cosas de Dios es uno muy flojo” y el sacerdote insistió en la invitación. Poco tiempo después comenzó a asistir a la hora de guardia ante el Santísimo mientras sus trabajadores estaban en el cine.
Don Isidro lleva presente las palabras de un obispo que se refirió al adorador nocturno como una persona muy valiente porque no cualquiera deja la cama y sus comodidades. Para ser adorador nocturno se necesita tener mucho amor a la Eucaristía.
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