En la homilía del XXV domingo del tiempo Ordinario, Monseñor José Armando Álvarez Cano, Obispo de la Diócesis de Tampico, reflexionó sobre la importancia del servicio en la vida cristiana, destacando que "el que quiera ser el primero en el Reino de Dios debe ser el servidor de los demás". Ante los fieles congregados, Monseñor enfatizó que la lucha por el poder y la importancia entre las personas no es nueva, pues es parte de la condición humana. Incluso los apóstoles, en presencia de Jesús, discutían entre ellos sobre quién sería el mayor.
“El Señor nos recuerda algo importante: el primero debe ser el que sirva a los demás”, afirmó el prelado. Mons. Álvarez Cano también resaltó que Jesús no solo enseñó con palabras, sino que lo demostró con sus actos, al lavar los pies de sus discípulos durante la Última Cena, un gesto que recordó a todos la importancia de la humildad y el servicio desinteresado. “Jesús, siendo el Maestro, se puso al servicio de los demás, y esa debe ser nuestra mayor característica como cristianos”, añadió.
El obispo recordó las palabras del Evangelio: "El Hijo del Hombre no ha venido para ser servido, sino para servir", subrayando que el servicio debe ser el sello que distinga a todo cristiano. En ese sentido, alentó a los fieles a no limitar su bondad solo a quienes les hacen el bien, citando: "Si solo saludas a quienes te saludan, ¿Qué haces de especial?".
Para ilustrar esta enseñanza, Monseñor compartió una experiencia de comunidades indígenas de Oaxaca, donde las personas que más servían a la comunidad eran elegidas como sus líderes, destacando la conexión entre el servicio y la autoridad moral.
Finalmente, Mons. Álvarez Cano reflexionó sobre la segunda lectura: "Una fe sin obras es una fe muerta", destacando que el verdadero seguimiento a Jesús implica una vida de servicio y entrega al prójimo. "Pidamos al Señor que nos conceda la sabiduría para entender que, como cristianos, estamos llamados a servir a nuestros hermanos, porque el servicio debe ser el sello de nuestra fe", concluyó.
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