En esta ocasión de Pascua, comparto con ustedes mi experiencia como seminarista. Soy Luis Manuel Ramírez Olivo, tengo 23 años y provengo de Altamira, Tamaulipas. Actualmente, estoy en mi último año de formación en filosofía en el Seminario de Tampico. La Semana Santa siempre ha sido una época especial para mí, llena de experiencias únicas y significativas.
Una de las vivencias que más ha impactado mi vida durante este tiempo ha sido la cercanía con la comunidad. Aunque llegué como un desconocido, me abrieron las puertas de sus hogares y, con el paso del tiempo, también las de sus corazones. Esta hospitalidad no es dirigida hacia mí, sino hacia Cristo, a quien represento.
Una semana llena de experiencias inolvidables, donde Dios se muestra presente en el rostro de cada persona, es ahí donde uno como seminarista siente el amor del pueblo de Dios, es Dios mismo que hace actuar a través de los gestos de amor de cada comunidad donde estuvimos sirviendo. Paz y bien hermanos.
Es crucial encarnar los gestos del Señor, ser recíproco con la comunidad y compartir con ellos la experiencia de la fe y del amor divino. Juntos, pedimos perdón ante la cruz de Cristo y celebramos con alegría la noticia de su resurrección."
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