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Foto del escritorJesús Priciliano Jiménez Tapia

“Esta herida permanece en nuestra Diócesis”: Mons. Álvarez Cano en Misa por las víctimas del colapso en la parroquia Santa Cruz

En una emotiva Misa conmemorativa celebrada el primero de octubre, monseñor José Armando Álvarez Cano recordó el trágico colapso del techo de la parroquia de la Santa Cruz, que dejó una profunda marca en la comunidad diocesana. Acompañado por familiares de las víctimas y sobrevivientes, el Obispo de Tampico reflexionó sobre el dolor y el sufrimiento, invitando a la comunidad a encontrar consuelo en la fe.


“El acontecimiento ha dejado una huella muy profunda en la vida de nuestra Diócesis, una huella que no podrá borrarse”, afirmó Mons. Álvarez Cano, aludiendo al impacto de la tragedia tanto en las familias afectadas como en la parroquia misma. Durante su homilía, el Obispo citó el libro de Job para reflexionar sobre el misterio del sufrimiento, señalando que “ningún libro en la Sagrada Escritura es tan profundo para reflexionar sobre el misterio del sufrimiento y del dolor humano”.

Recordando el dolor de las familias, Álvarez Cano expresó empatía ante el sentimiento de rebelión que a menudo surge en momentos de adversidad. “Comprendemos perfectamente a las familias... muchas veces nos rebelamos contra los designios de Dios, pero al final, como Job, terminamos rindiéndonos ante el misterio de la vida”, dijo.


La Misa también fue un momento para agradecer la solidaridad mostrada por la comunidad tras el colapso. Mons. Álvarez Cano destacó la generosidad y el apoyo que surgieron en los momentos más oscuros. “¿Cómo no recordar hace un año la inmensa solidaridad de nuestra ciudad, de nuestro pueblo?”, preguntó retóricamente.

Al finalizar, el Obispo pidió por el eterno descanso de las víctimas y la fortaleza de sus familias. “Queremos pedir al Señor por los que fallecieron... y por los deudos de estos hermanos nuestros, para que el Señor les conceda la fortaleza y la luz”.


La Misa concluyó con una invitación a la comunidad a la reflexión y al arrepentimiento, recordando las palabras de Jesús: “El mensaje de Dios nos invita siempre a arrepentirnos... no debemos ser insensibles ni sordos a las cosas que nos han pasado”.

Con esta Eucaristía, la Diócesis de Tampico recordó un episodio doloroso de su historia, buscando en la fe el consuelo y la esperanza para seguir adelante.

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