En un acontecimiento sin precedentes, la Diócesis de Tampico celebró este 8 de diciembre la consagración de la primera virgen Ordo Virginum, un hecho histórico. Esta celebración se realizó en la que solemnidad de la Inmaculada Concepción de María. La ceremonia fue presidida por Mons. José Armando Álvarez Cano, Obispo de la Diócesis, en la emblemática Parroquia del Sagrario Catedral.
Virgen Daniela Cruz del Ángel, originaria de Tampico, Tamaulipas, fue quien dio este significativo paso de fe y entrega a Dios. Con una vida marcada por el servicio y la formación espiritual, Daniela se ha destacado por su compromiso en la evangelización, particularmente como asesora de la Infancia Misionera y la Liga Misional Juvenil, además de colaborar con diversas dimensiones diocesanas y en las Obras Misionales Pontificio Episcopales de México.
Nacida el 21 de julio de 1987, Virgen Daniela creció en una familia profundamente arraigada en la fe católica. Recibió el bautismo en la Catedral de Tampico y, desde joven, dedicó su vida al servicio de la Iglesia, durante 15 años con la Familia Misionera Donum Dei, tanto en México como en Francia. En 2018, inició su camino en el Ordo Virginum, un proceso de discernimiento y preparación que culminó con su consagración solemne y perpetua.
Durante la homilía, Mons. Álvarez Cano destacó el significado de esta consagración como una llamada explícita y pública de dedicarse totalmente a Dios en la virginidad, el servicio y la oración. "Es un regalo para nuestra Diócesis y un testimonio que ilumina el camino de nuestra comunidad", expresó. Además, a los fieles a orar por las vocaciones al matrimonio, la vida consagrada y el sacerdocio, especialmente en este tiempo de Adviento.
La consagración de Virgen Daniela marca un parteaguas para la Iglesia de la Diócesis de Tampico. Mons. José Armando Álvarez Cano. comentó, ya hay otras candidatas en proceso de formación para integrarse a esta vocación única, que pone de manifiesto la diversidad de carismas suscitados por el Espíritu Santo para la edificación de la Iglesia.
El evento congregó a decenas de fieles, familiares y amigos, quienes fueron testigos de este paso lleno de simbolismo y fe. En palabras del Obispo, "es el primer granito de oro de nuestra diócesis que, con la gracia de Dios, dará muchos frutos".
La celebración concluyó con un llamado a todos los bautizados a renovar su propia consagración y a preparar el corazón en este tiempo de Adviento, recordando que Cristo es el centro y la fuerza de la vida cristiana.
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