En la Basílica de Guadalupe, Monseñor José Armando Álvarez Cano, Obispo de la Diócesis de Tampico, presidió una misa en compañía de su clero. En este emotivo encuentro, bajo la protección de la Virgen Santísima, el obispo invitó a los fieles a convertirse en una "Iglesia en salida", inspirándose en las enseñanzas del Papa Francisco y el ejemplo de la Virgen María.
"Queridos hermanos, qué alegría estar en la casa de nuestra madre y sentirnos unidos por su amor", expresó Monseñor Álvarez Cano al inicio de la homilía. El obispo destacó la importancia de seguir el consejo de la Virgen María: "Hagan lo que él diga", y subrayó la necesidad de caminar juntos como pueblo cristiano.
"El Papa Francisco ha insistido en una idea a través de su pontificado: necesitamos ser una Iglesia en salida", recordó el obispo, señalando que esta misión debe inspirar a cada creyente en su vida diaria. Monseñor Álvarez Cano enfatizó que la imagen de la Virgen María, como la primera misionera que llevó a Jesús, es el modelo que la Iglesia debe seguir: "María, esa primera misionera, esa primera imagen de la iglesia en salida que deja todo por ir a llevar a Jesús sin medir peligros, con el fin de servirle".
El obispo también hizo un llamado a la acción, invitando a los fieles a no conformarse con un amor sin compromiso: "Sabemos que el amor, si no tiene compromiso, no es un verdadero amor". Señaló que el servicio a los demás es fundamental en la vida cristiana y que la devoción a la Virgen de Guadalupe debe traducirse en acciones concretas para ayudar a los más necesitados: "No podemos conformarnos con esa falsa idea de llevar al Señor en nuestro corazón sin que eso se traduzca en servicio y amor a los demás".
Monseñor Álvarez Cano invitó a los fieles a poner sus intenciones en el regazo de la Virgen Santísima, pidiendo especialmente por las familias, los enfermos y las vocaciones: "Hoy, decimos que amamos a nuestra madre; el amor nos ha traído hasta aquí, pero ese amor debe ser de servicio, un amor por los necesitados, un amor que lleve a Jesús".
En un gesto de devoción y compromiso, el obispo subrayó la importancia de la figura de la Virgen de Guadalupe como símbolo de unidad y esperanza para México: "No solamente es un bello edificio, sino la casita que es nuestro país, donde todos debemos cuidar de todos". Y concluyó con un deseo profundo de construir juntos un futuro mejor: "Queremos caminar en sinodalidad y queremos trabajar para que tu reino se haga presente en nuestras ciudades y nuestras parroquias".
Al finalizar la homilía, Monseñor Álvarez Cano agradeció a la Virgen de Guadalupe por su intercesión y pidió a los fieles que sigan abriendo su corazón a su ejemplo y amor: "Que cada uno de nosotros abra su corazón a nuestra madre, que su ejemplo inspire nuestra vida cristiana".Con estas palabras, la Diócesis de Tampico renovó su compromiso de ser una "Iglesia en salida", comprometida con la misión de llevar a Jesús a los demás, guiada siempre por el amor y la protección de la Virgen de Guadalupe.
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