En su homilía del XXVI Domingo del Tiempo Ordinario, Mons, José Armando Álvarez Cano abordó tres temas fundamentales para la vida cristiana: la intolerancia, el escándalo y el alejamiento de Dios por culpa del pecado. Durante la misa, el Obispo de Tampico llamó a la comunidad católica a reflexionar sobre la importancia de abrirse a los demás y a no encerrarse en grupos exclusivos, tanto dentro como fuera de la Iglesia.
Monseñor Álvarez Cano explicó que, tal como lo expresa el Evangelio, los seguidores de Cristo deben evitar la actitud de rechazo hacia quienes no pertenecen a su grupo o piensan de manera distinta. En referencia a las palabras de Jesús, señaló: "No tenemos la exclusiva verdad del Reino de Dios ni del Evangelio. Hay otras personas, incluso de otras religiones o ateos, que hacen el bien".
Monseñor también advirtió sobre el peligro de escandalizar a los demás, especialmente con el mal ejemplo, que puede hacer tropezar a quienes buscan a Dios. "A veces con nuestra vida escandalizamos a los hijos, a la esposa o a los amigos porque nuestro ejemplo no es honesto", afirmó, recordando que el escándalo tiene graves consecuencias en la vida espiritual.
Por último, el obispo destacó el llamado de Cristo a cortar todo aquello que nos lleve al pecado, aunque parezca difícil o doloroso. "Si hay algo muy querido que nos separa de Dios, debemos cortarlo de raíz, tal como Jesús lo expresa en el Evangelio cuando habla de cortar la mano o sacar el ojo si nos hacen pecar. No debemos tomarlo de forma literal, pero el mensaje es claro: nada debe obstaculizar nuestra relación con Dios".
Con estas reflexiones, monseñor Álvarez Cano invitó a los fieles a examinar su vida y tomar decisiones radicales que los acerquen más al Señor, recordando que el Evangelio no es solo un mensaje, sino una guía para vivir en comunión con Dios y con los demás.
Homilía
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