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En un ambiente de alegría y fe, la Diócesis de Tampico celebró el pasado domingo el Domingo 16 de febrero el Mundial de la Infancia y Adolescencia Misionera (DOMINF), una jornada que este año cobró un sentido especial al unirse al camino hacia el Jubileo de la Esperanza 2025, convocado por el Papa Francisco.
La Santa Eucaristía fue presidida por Monseñor José Armando Álvarez Cano, acompañado por el Pbro. Pedro Alberto Márquez Álvarez, Coordinador Diocesano de Misiones. La celebración reunió a miembros de la Liga Misional Juvenil, Infancia y Adolescencia Misionera, y la Unión de Enfermos Misioneros, quienes con sus cantos y oraciones reflejaron el compromiso de ser testigos del Evangelio.
Durante su homilía, Monseñor Álvarez Cano reflexionó sobre las bienaventuranzas, destacando que son el corazón del mensaje de Cristo y la clave para vivir con esperanza en medio de las dificultades. “Dichoso el hombre que confía en el Señor”, citó el obispo, recordando que la verdadera esperanza nace de la confianza plena en Dios, incluso en los momentos de dolor y enfermedad.
Monseñor animó a los presentes a seguir construyendo la Iglesia misionera desde la niñez y juventud, resaltando el lema que guía a la Infancia y Adolescencia Misionera: "Los niños evangelizan a los niños". Asimismo, subrayó que en este año del Jubileo, los creyentes están llamados a ser “peregrinos de la esperanza”, una esperanza que se enraíza en la fidelidad de Dios y que debe ser compartida con quienes más lo necesitan.
En el marco de esta celebración eucarística, Monseñor Álvarez Cano impartió una bendición especial por su nueva encomienda y misión a la laica consagrada del Orden de las Vírgenes, Virgen Daniela de la Cruz del Ángel, quien se integrará a las Obras Misionales Pontificio Episcopales (OMPE) México y formará parte del Secretariado Nacional de la Infancia y Adolescencia Misionera (IAM).
“La esperanza está en nuestros niños, en nuestros jóvenes, en nuestras familias; ellos son la luz que guiará a nuestra diócesis hacia Cristo”, expresó Monseñor Álvarez Cano. El evento concluyó con el compromiso de fortalecer los grupos misioneros en parroquias, escuelas y comunidades, para que la luz de la esperanza continúe iluminando cada rincón de la Diócesis de Tampico.
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