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El pasado 2 de septiembre, inició la Formación Permanente de Obispos en la Casa del Refugio, Monterrey, N.L., un evento que concluirá el próximo 6 de septiembre. Entre los participantes, se encuentra monseñor José Armando Álvarez Cano, obispo de la Diócesis de Tampico, quien se suma a este importante espacio de reflexión y actualización teológico-pastoral.
Este encuentro busca fortalecer a los obispos de México a la luz del magisterio actual de la Iglesia y del Proyecto Global de Pastoral. A través de esta formación, se están abordando temas clave que afectan a la Iglesia y la sociedad, tales como la crisis antropológico-cultural y los impactos tras la pandemia, con el objetivo de comprender mejor los desafíos de la "nueva época" en que vivimos.
Uno de los puntos centrales es la Declaración del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, "Dignitas infinita", que profundiza sobre la dignidad humana y su relevancia en cuestiones como la pobreza, la paz, la migración y el tejido social. También se está ahondando en el Acontecimiento y Mensaje Guadalupano, resaltando su valor en la dignificación de la persona humana.
Este espacio no solo busca la formación teológica, sino que también promueve el diálogo, la fraternidad y el intercambio de experiencias episcopales, permitiendo que los obispos compartan sus vivencias pastorales y fortalezcan los lazos que los unen en su misión al servicio del pueblo de Dios.
La Formación Permanente de Obispos se presenta como una respuesta concreta a los retos actuales, renovando el compromiso de la Iglesia en su labor pastoral y social en favor de los más vulnerables, siendo ejemplo de esperanza y renovación para todo México.
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