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La Diócesis de Tampico se unió a la celebración del Día de los Fieles Difuntos el pasado 2 de noviembre, con una Misa en el Seminario de Tampico para honrar la memoria de los que han partido, iluminando esta fecha con esperanza cristiana. El presbítero Jesús Cristian Hernández, ecónomo del Seminario, explicó que este día es una oportunidad para recordar a los difuntos con fe y confianza en la vida eterna.
“El 2 de noviembre, día de todos los fieles difuntos, es una jornada para recordar con fe que nosotros, como peregrinos, algún día también pasaremos por esta experiencia”, señaló el Padre Hernández. “No hay que verlo de una manera triste o negativa, sino como un proceso natural iluminado por la fe, ya que Cristo, nuestro Redentor, también ha pasado por esto, ha vencido la muerte y nos ha dado la esperanza de la resurrección”, agregó.
La celebración estuvo marcada por un altar de muertos lleno de color y simbolismo, montado por los seminaristas, en el que se colocaron fotografías y objetos representativos de seres queridos, como un recordatorio vivo de su legado. “En México, un país colorido y festivo, recordamos el Día de los Fieles Difuntos poniendo un altar donde colocamos fotografías y objetos significativos para mantener viva la memoria de nuestros seres queridos”, destacó el ecónomo del Seminario.
La ceremonia reunió a seminaristas de las Diócesis de Tampico y Cd. Valles, representando la diversidad cultural de la región, con elementos típicos de las tres huastecas. “Los seminaristas de la Diócesis de Valles, con su bagaje cultural, han sido los encargados de realizar nuestro altar de muertos, llenándolo de simbolismo”, comentó el Padre Hernández, resaltando la figura de la Catrina, que rememora el destino final de la vida terrenal y la promesa de la vida eterna.
Además, los seminaristas demostraron su ingenio y sentido del humor al escribir calaveritas literarias para la comunidad del Seminario y para los visitantes de la librería. Estas pequeñas rimas, populares en la cultura mexicana, añadieron un toque alegre a la celebración.
La celebración del Día de los Fieles Difuntos no se limitó al Seminario de Tampico, ya que diferentes parroquias de la Diócesis también levantaron sus propios altares. Estas ofrendas, llenas de color y devoción, permitieron a las comunidades recordar a sus seres queridos en un ambiente de oración y esperanza, fortaleciendo el vínculo entre la fe y la tradición cultural.
Finalmente, el Padre Jesús expresó un mensaje de fe para la comunidad: “Que el Señor les bendiga abundantemente y tenga misericordia de sus fieles difuntos, dándoles el descanso eterno.”
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