La Iglesia Católica conmemora hoy, 30 de septiembre, la fiesta de San Jerónimo, uno de los grandes Padres latinos de la Iglesia y reconocido por su inmensa contribución a la fe cristiana al traducir la Biblia al latín, en la versión conocida como la Vulgata. Esta obra monumental se consolidó como el texto bíblico oficial de la Iglesia durante siglos, facilitando el acceso a la Palabra de Dios a las comunidades cristianas de habla latina.
San Jerónimo, nacido en Estridón hacia el año 347, dedicó gran parte de su vida al estudio y traducción de las Sagradas Escrituras. Con una vasta formación en literatura clásica y un profundo conocimiento de lenguas como el latín, el griego y el hebreo, realizó la corrección del Nuevo Testamento en el año 382 y en el 390 comenzó la traducción del Antiguo Testamento directamente del hebreo, concluyendo su labor en el año 405.
El encargo de traducir la Biblia fue confiado a San Jerónimo por el Papa Dámaso, quien lo nombró su secretario personal. A lo largo de su vida, el santo no solo destacó como traductor, sino también como un gran teólogo y exégeta, lo que le valió ser proclamado Doctor de la Iglesia en 1295. Su legado sigue vigente en la Iglesia universal, siendo un modelo de dedicación al estudio y la transmisión de la fe.
Este día también es considerado como el Día Internacional de la Traducción, en honor a San Jerónimo, quien falleció en Belén el 30 de septiembre del año 420.
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